sábado, 20 de octubre de 2012

Una de mis anécdotas en el metro

¡Hola! Ya estamos otra vez por aquí aprendiendo de este mundillo. Espero que todo vaya perfecto. Hoy contaré sobre esas personas que te ayudan -de forma desinteresada- en los sitios de la vía pública y con buenas intenciones. En verdad, hay muy buenas anécdotas que seguro que a todo el mundo le han pasado en cualquier autobús o metro. Como soy invidente, iba con mi bastón una mañana de un mes que ya no recuerdo. hacía frío, iba excesivamente abrigada y ya sabéis, estos cambios de temperatura en el metro y en la calle, que en lo primero hace más calor que en lo segundo. Resulta ser que en una de las estaciones en las que tenía que trasbordar, alguien -que todavía no sé quién es- me cogió y literalmente me empujó dentro del ascensor. Y diréis ¿y qué? Bueno la respuesta a esa pregunta está en que llevaba poquísimo tiempo en la Universidad y las 'Referencias' son las 'Referencias'. Resultó que desde el ascensor no sabía seguir a la otra línea, y me perdí. Ese día que iba con tiempo, llegué tarde. Y luego, cuando se acabaron las clases y lo conté por ahí, me lo tomé con humor. claro, es lo que se hace....y es preferible tener cosas que contar por muy simples que sean a no saber qué decir. De lo cual puede sacarse la moraleja: 'Si no sabes qué decir ¡dilo!. Y seguro que hay algún tema del que a alguien le gusta hablar contigo, aunque sea del 'Me aburro mucho' o el '¿Quedamos y nos tomamos un café?' Bueno, hay muchas más historias para contar pero, con paciencia todo se puede así que ¡hasta otra!

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